Como en aquellos grandes salones de antaño en donde a grito abierto se escuchaba al director de la danzonera dedicar sonoro danzón a la pareja distinguida del momento. Imaginaré estar reunido con ustedes en uno de los últimos salones de rompe y rasga,  donde el danzón hizo sus delicias entre los amantes del buen bailar: Salón Riviera, allá por los rumbos de la estación del metro División del norte, de la ciudad de México .

Canción dedicada a esos seres confundidos que buscan entre la gente betas de amistad, confianza, fidelidad y compañía que vaya más allá de la familia, que trascienda en la misma existencia y que sirva de mutuo apoyo para hacer de ésta vida una página para inmortalizar a los amigos y de paso uno mismo.

Qué plenitud es seguir estas líneas con sus acordes musicales  respectivos: Se con quien no debo andar/ sé quién son amigos de verdad / nunca piden nada y siempre dan/  bueno ojalá llene un huequito en el corazón, si es que existe y si no que mejor.