Yo soy Sam

Claqueta palomera
Cuerpo

Una mujer abandona a su hija el mismo día en que nace dejándola en manos de su padre, Sam Dawson, que tenía una discapacidad intelectual, ya que ella no quería tener un bebé con él, solo buscaba un lugar donde dormir. La película narra, al compás de los Beatles, las dificultades que tienen que atravesar cuando, a partir de los 7 años, Lucy empieza a tener más capacidad mental que su padre.

El Estado se cuestiona la capacidad de Sam para educar a su hija por lo que se enfrenta a un juicio que le puede hacer perder su custodia. De su defensa se encargará una prestigiosa abogada, Rita Harrison, cuyo desinterés y frialdad inicial cambiarán tras conocer a Sam, el amor que siente por su hija y comprobar su determinación por defender sus derechos como padre.

 Lucy queda a custodia de unos padres adoptivos de manera provisional, la madre adoptiva, Randy, busca el amor de Lucy, pero ella solo quiere estar con su padre, por lo que todas las noches se escapa a casa de Sam. Al final de la película, Randy se da cuenta de que para Lucy no hay mejor lugar para vivir que junto a Sam, por lo que se la entrega y le pide perdón por haberlo juzgado mal, prometiéndose que le pedirá al juez que Lucy se quede con él, a lo que Sam responde diciendo que siempre quiso que Lucy tuviera una madre, y le pide a Randy su ayuda para criar a Lucy.

 Al final, Lucy regresa bajo la custodia de Sam, quien también se convierte en el árbitro del equipo de fútbol, y Lucy juega un partido, bajo la atenta mirada del grupo de amigos con discapacidad mental de su padre, de la abogada Rita y su hijo, que han mejorado su relación tras haberse divorciado ella de su marido, quien la engañaba, y de Randy y su marido, los padres de acogida, siendo todos ellos personas muy presentes en la vida de Sam y que le ayudarán a sacar adelante a Lucy.