A Dónde Van, Qué Será De Ellos

Mosa
Cuerpo

  En días pasados se aplicó  el examen de selección para alumnos de nuevo ingreso al nivel medio superior en casi todo el país, destacando por la cantidad de interesados, los aspirantes  de la Ciudad y Edo de México. A temprana hora las sedes de los exámenes se van poblando y la vendimia comienza su danza, los vendedores de lápices del 2.5, la goma y el sacapuntas; los tamales, el atole, pan de dulce y el alquiler de improvisados baños públicos que para las dos horas de servicio lucen como un verdadero muladar.  

Todo es soportable por el deseo natural de ver a los chicos crecer, para darles la estafeta del cambio y que en ellos se apoye nuestra sociedad, la familia y  la realización profesional del deber ser. Llegan corriendo junto con los padres de familia, les dan la bendición a sus muchachos para salir airosos del primer enfrentamiento con la realidad: Nuestro país no tiene la capacidad de brindar educación a todos, Aceptado; pero que no se tenga la visión, estrategia, planes de inversión en educación a mediano y largo plazo, es una verdadera pereza humana; un desperdicio de la vida de un país, es como tirar al caño la savia bendita que le daría a nuestro pueblo sangre nueva para regenerar su vida.

Los inocentes rostros con sus papeles en mano, llegan lampareados como conejillos sin saber porque puerta acceder al casi lujo que significa estar estudiando. Al momento que se los traga la puerta de la institución seleccionada para ser sede, se quedan afuera los acompañantes tejiendo historias del sobrino o el pariente lejano que sí se quedó y ahora es un buen doctor; del que no se quedó y esto le significó una maldito quiebre en su vida, se fue a los E.U y la sufre con sus dos trabajos y siempre se pregunta el por qué no se quedó.

Diferentes muestras de apoyo antes de entrar al dichoso examen; bendiciones, abrazos, golpecitos en la espalda y el pulgar hacia arriba a los que están  a punto de abandonar la adolescencia  se les nota a leguas, sus caras con acné con cuerpos amorfos y caminar desparpajado,  van a contestar lo que pide el sistema: quién descubrió américa y  el antónimo de padecer; mientras tanto,  frente a los padres de familia que están en bola con las emociones encontradas, van en desfile creativos, técnicos, científicos, artistas, deportistas,  mentes brillantes que empiezan a apagarse por los topes y semáforos que hay en su camino, por no haber encontrado las condiciones idóneas para el desarrollo de sus capacidades.

Grito al cielo quien salvará a los chicos, obvio que ellos mismos tendrán que entender que nadie hará las cosas por ellos. Que su conciencia se ilumine y que todavía se puedan insertar  en la estructura de un país que necesita urgentemente de su talento. A lo largo del día veremos más centros comerciales;  decenas de edificios  departamentales; amplias avenidas arriba y debajo de nuestras cabezas y difícilmente sabremos de la construcción de nuevas escuelas, aulas y la preparación de nuevos docentes  para enfrentar el futuro de éste nuestro golpeado México

Y de pronto la vida se vendrá encima y otra vez solo fueron y fuimos un ejército de empleados que siempre estuvo a la espera de checar la tarjeta de asistencia y en espera del  aguinaldo         

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