Habemus Fútbol

David
Cuerpo

El día de ayer se realizó una junta de carácter urgente en las oficinas de la FEMEXFUT para discutir la postura que se adoptaría ante la negativa de los árbitros para pitar si no se hacía cumplir el reglamento debidamente. Las pérdidas monetarias por parar actividades del monstruo llamado fútbol ascendían a millones de pesos: logística y hospedaje de los equipos que viajaron en calidad de visitantes, la impresión de boletos para los encuentros, la venta de cerveza en los estadios y muchas actividades más que forman parte del rompecabezas del esférico de 20 hexágonos y 12 pentágonos cosidos.

Los hombres de pantalón largo no estaban dispuestos a regalar su dinero, así que llegaron representantes de todos los clubes de la primera división para discutir el asunto. Emulando el cónclave de la iglesia católica, estos hombres sin sotana se encerraron dispuestos a llegar a un acuerdo que beneficiara a todas las partes implicadas. Pasadas unas horas, los fieles amantes a este deporte esperamos ver una señal de humo blanco para saber si por fin gritábamos "Habemus papam". Pero lo único que se vio después de la ceremonia fueron los rostros de aquellos hombres serios y sin la menor intención de pronunciar palabra alguna.

Lo que ahí se discutió fue muy claro: Aguilar y Triverio se tenían que ir un año o los árbitros mantendrían el paro. Hoy se hizo oficial el castigo para ambos futbolistas y a mitad de semana, en la Copa Mx, las banderas que veremos ondearse no serán las rojinegras de protesta, si no las de cuadros flourescentes de los jueces de línea, indicando que las reglas están para cumplirse y que los encargados de impartir justicia dentro del campo, con aciertos y con errores, son los silbantes. Y si algún club no está de acuerdo con sus decisiones, podrá inconformarse en la Comisión Disciplinaria.

Ahora bien, no duden que existan represalias en contra de los cabecillas del movimiento por parte de los dueños de los equipos. No es que me guste pensar mal pero pongamos mucha atención a las futuras designaciones de García Orozco, Chacón, Delgadillo y Camargo, porque en una de esas me los borran del mapa.

En contraparte, y para equilibrar la balanza, urge que los árbitros se comprometan con su trabajo, que sean profesionales y repasen el reglamento las veces que sean necesarias con tal de evitar pifias risibles que los exhiben y demeritan en su labor e imagen. Digo esto porque hace unas semanas el señor Codesal ventiló que existen elementos que se ponen en plan de divas y no quieren ir a entrenar como es debido.

En fin, esperemos cambios agradables -aunque no inmediatos- en nuestro balompié. Lo que sí les aseguro es que de ahora en adelante, los futbolistas se la van a pensar dos veces antes de reclamar una decisión arbitral o siquiera tocar al hombre del pito, bueno, al del silbato para que no se escuche tan feo y me agarren de bajada.