Aplaudiendo a la mediocridad

David
Cuerpo

Twitter se convirtió en la jaula de las locas gracias a los seguidores del Cruz Azul. Ellas, bien lindas tomadas de la mano como los ositos cariñositos, lanzando desde su pecho y con todo su amor, el respaldo a Paco Jémez. Awww ternuritas.

El #YoConJémez fue tendencia y me doy cuenta que por los rumbos de Xochimilco les gusta aplaudir la a mediocridad. Vamos a desmenuzar las cosas: entiendo que el técnico español no sea culpable de la negra historia que acompaña al club desde hace ya 20 años. Tampoco se le puede achacar que el cuadro celeste se vea inmiscuido, oprobiosamente, en el tema del descenso. Mucho menos de que el señor Álvarez haya visto con tibieza la decadencia de uno de los equipos llamados “grandes” del fútbol mexicano y no haya hecho absolutamente nada. Es más, ni siquiera lo quemaría en leña verde por el tema del manejo fantasmal de la mano del señor Hurtado, que siendo una leyenda urbana o no, se le atribuye ser el personaje que mece la cuna con la contratación de los refuerzos foráneos de cada campaña.

Al señor Jémez se le tiene que juzgar por su trabajo en este semestre, los números no le favorecen, pues sólo ha podido obtener la pobre cantidad de 10 puntos de 33 posibles. "Pero él no armó al equipo", "es que él no conocía el fútbol mexicano", "es que los jugadores no son los adecuados para el sistema de juego que desarrolla"…simples excusas. A estas alturas del partido el buen Paco ya debe conocer a la perfección a la plantilla con la que cuenta y lo que las piernas de cada jugador le pueden dar para implementar su sistema. Como dicen por ahí, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Si su necedad no le permite abrir los ojos para darse cuenta que su media cancha es lenta y no son capaces de frenar los contraataques del rival, entonces juega de otra forma. Eso es lo que debe de hacer un director técnico, saber aprovechar las condiciones de sus hombres para obtener la victoria y modificar sobre la marcha para contrarrestar los inconvenientes que se presenten.

La presión terminó por devorarle las neuronas y hacerlo rehén de sus palabras. Vergonzoso fue su argumento al quedar eliminado en la semifinal de la Copa en Morelia, donde dijo que eso no podía considerarse como fracaso, porque el fracaso sería no intentarlo…y qué ¿el de enfrente no lo intenta también? Allá él y sus paleros que ven el fútbol con una venda en los ojos. Incluso, me parece más una estrategia por parte del club para liberar un poco de presión en el ambiente creando esta campaña en redes sociales. Ya ven que no se pueden comprar seguidores ¿verdad?

Este capítulo ya está sentenciado: sexto torneo consecutivo en el que no prueban las mieles de la Liguilla. Una historia sosa y predecible comparable con la serie de películas de Rápidos y Furiosos: el mismo argumento que ilusiona a su fanáticos, sólo que con nuevos personajes y distintos escenarios pero con el ridículo final de siempre.